Las modas últimamente se resumen en hacer el ridículo, pero COMO ES LA MODA (eh, tííía), no es ridículo. Es más, lo ridículo es ser normal, por Dios.
Una de estas chorradas son las gafas gigantescas. Son
FEAS. Da igual quién las lleve, cómo las lleve, que sean oscuras, de espejo, translúcidas, de montura fina, de pasta, redondas, ovaladas o cuadradas. Las gafas gigantes son feas.
Porque si fueran solo inservibles, pues bueno, pero es que son contraproducentes:
- para empezar, un tanto por ciento bastante elevado de tu cara no se pone moreno (esto es fácil: te pones gafas de sol cuando hace sol y lo que lleva por encima unas gafas no se pone tan moreno como el resto).
- da igual lo guapa (suelen ser más mujeres...) que seas, que te pones unas gafas de esas y pareces PEPE GAFE, un AVIADOR, la MOSCA, o como poco un tanto retrasadilla.
- ocupan 230982304 veces más que unas gafas normales
- son más caras (sobre todo ahora que se llevan...).
Pero no pasa nada, xq la moda manda. Y por supuesto al día siguiente de que salga en las pasarelas que este año se llevan las gafas-de-mosca, por la calle ya todas con ellas.
Es muy triste...
Salvo (y aquí enlaza con el título del post) que sea mejor ver unas gafas enormes que lo que se esconde detrás de ellas. Vete tú a saber.
1 comentarios:
Ayer paseaba por mi Albuquerque querido (cuna de la moda internacional, como bien sabrá, mi estimado Señor X) y pude ver en una tienda de gafas de ver que vuelven poco a poco las gafas finicas finicas... Deseando estoy que lleguen las absurdamente finas que te cubran nada más que el ojo. Entonces igual me compro unas de sol graduadas.
Y con cargo al consistorio, con dos cojones.
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