El curioso caso de la "música" contemporánea



Y claro, quien dice música, dice:

· Pintura:

Mi cuadro se titula "la insoportable incredulidad de la existencia filosófica", y consiste en un lienzo vacío con una gotita de pintura ocre, y por detrás hay escrito un precio razonable: 1 millón de euros.

Anda y que te den por saco.

· Fotografía:

Mi foto se titula "las mejores cosas de la vida tienen pelo y están calentitas", y es una foto de mi perro, pero yo te la vendo a 24940685€ porque es una obra maestra.

Venga a otros con ésa.

· Escultura:

Mi escultura se titula "el futuro de la humanidad retratado en un microcosmos de rutina", y básicamente es mi bolsa de la basura, que un día la desparramé en el suelo y le puse un cartel con el precio.

Costo de material: 1.2€. Costo del tiempo invertido: 0.12€. Costo que te has fumado para hacerte creer a ti mismo que eres artista: no tiene precio.

Lo sentimos, eres un looser. Aunque, eso sí, el mérito de conseguir que algún idiotilla te pague por eso no te lo quita nadie, pero es que en esta sociedad tenemos demasiado idiota suelto, y demasiada gente sin talento que se cree guay.


Pero hoy venía a hablar de MÚSICA CONTEMPORÁNEA. Y no de Lady Gaga (o como conseguir que una chica del montón se haga mundialmente famosa y millonaria por vestir como si fuera subnormal) ni de los Jonas Brothers (o como sacar el máximo partido a Disney pareciendo unos killos de barrio).
No.
Hoy vengo a hablar (valga la paradoja) de Música Clásica Contemporánea, o MCC.

Resulta que la MCC (casualmente) comparte las siglas de Mierda Como un Camión... aunque puede que no sea TAN casualidad.
Porque resulta que en la música clásica (bueno, y en casi cualquier otra forma de arte) ya se ha hecho todo lo que se podía hacer. Y entonces quedan 2 opciones:
a) repetirte (por eso TODAS las canciones de la radio te suenan a otras, las bandas sonoras de pelis son fotocopias entre sí, etc.)
b) NO hacer música

Vale, pero entonces no lo llames música. Llámalo Mierda, Timo, Ruido, Asco,... ¡será por opciones!
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Inciso1:
- "No te gusta porque no lo entiendes"
- "Esto... mira, majo: algo que no tiene ritmo, ni melodía, ni coordinación, ni nada, no es música. Lo podrás llamar:
· frotar una cuerda con pelos de cola de caballo
· bajar teclas
· soplar un tubo con agujeros
· tocar o pellizcar cuerdas
· golpear unas cosas contra otras cosas
pero a mí no me digas que hacer una o varias de esas cosas a la vez es música, que no cuela"
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Los autodenominados "compositores" actuales hacen experimentos sociales. Porque yo estoy convencido que lo que en el fondo les mueve es saber que están grabando las caras de la gente al oír sus composiciones, que luego lo ven en casa y se estroncian de risa.
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Inciso2:
- "Todos los artistas han sido incomprendidos en su época y luego posteriormente valorados"
- "Esto... mira, majo, no. A ti te contaron eso de Van Gogh y ya se lo aplicas a todos... pero mira Mozart, si quieres... Bueno, venga, pongamos que hay más (que los hay). Pongamos incluso que los compositores de MCC dentro de X años serán considerados Semidioses. Entonces... ¿acaso no estoy yo en mi derecho de ejercer como alguien representativo de mi generación, para que luego los futuros se rían de nuestra nula comprensión del arte? Pues ala. Ejerzo. Será por ejercer..."
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Bien, pues la MCC consiste en hacer "cosas nuevas", pero lo que yo no entiendo es por qué "cosas nuevas" quiere decir "cosas feas", porque si algo caracteriza a las obras contemporáneas es:
· Ausencia total de ritmo. Esto implica que para interpretar bien la obra hay que pasarse 1999 años estudiándola, para cuadrar todo, y que encima la diferencia con tocarla absolutamente mal es nula para cualquiera que no se la sepa de memoria.
· Ausencia total de melodía o de coherencia. Esto implica que la diferencia entre tocar una nota y la de al lado no existe.
· Ausencia total de consonancia (entendida ésta como "notas que tocadas a la vez suenan bien"). Esto implica que es imposible recordar nada, que a nadie le parezca bonito [que vale, que esto es cosa de la "educación musical" del oído que tenemos, pero sigue sonando a culo] y que al igual que en la Edad Media se consideraban pecado ciertos acordes (porque sonaban mal), ahora se considera pecado cualquier acorde que suene bien (y sí, amigo, esto es igual de atrasado que creer que si das un acorde mágico [Diabulus in musica, el Tritono-Maligno] se te aparecerá el diablo).
· Intensidad absoluta en todas y cada una de las notas. Porque estas obras consisten muchas veces en notas larguíiiiiiiiisimas sin criterio, en las que el intérprete le pone toda la intensidad que la partitura requiere, pero que por muchas caras que pongamos, SIGUE SIENDO UNA **** NOTA, y por muy intenso que te pongas concatenando notas larguísimas sueltas, el resultado final es ABURRIDO.

Pero es que encima, como los instrumentos dan de sí lo que dan de sí, ahora TODO lo que siempre se evita (porque suena mal) van y lo tienen que utilizar: tocar las cuerdas mal o en el sitio que no es, dar notas dobles y sucias en los instrumentos de viento, golpear la percusión con zapatos o bujías, y un largo etcétera de despropósitos que de originales tienen lo que Agatha Ruiz de la Braga: que no es original, simplemente es horrible y hortera.

Ah, claro, además como los compositores de MCC somos muy guays, incorporamos cosas no musicales a nuestra "música": radios, caballos, truchas golpeadas una contra otra... buah, soy absolutamente transgresor.
Y por eso nuestras partituras no parecen partituras, parecen vómitos de bolígrafo.

Otra cosa que tiene buena la MCC es que es absolutamente desagradecida para con los intérpretes, porque hay que estudiarla más incluso que la "clásica normal", pero el resultado es:
· igual que si hubieras improvisado
· feo como un demonio afeitado
· sin mucho mérito aparente porque la mitad de la sala se está creyendo que la mitad de las notas que das las estás dando mal y por eso suena así
· antieconómica, porque nadie nadie nadie en el mundo pagará por tener en CD o en lo que sea, esa sucesión de chillidos de gato que, vale, en el concierto te lo tragas porque por lo menos lo ves interpretar y podrías a lo mejor encontrar el mérito en las caras que ponen para tocarlo, pero en tu casa... ¡venga hombre!.

Y claro, luego encima no sabes si la gente aplaude porque le ha gustado o porque POR FIN se ha acabado esa sucesión sin sentido de instrumentos que van dando notas que parecen al azar y que suenan mal y peor.

Yo desde luego por lo segundo.

2 comentarios:

Guybrush dijo...

Jajajajajaja, grande el post.
Y no se porque será, pero me ha venido esto a la cabeza al leerlo
http://www.youtube.com/watch?v=7GMHl7bmlzw
Arte contemporaneo o electrocución?

ElSrX dijo...

jajaja, ¡qué bueno! Resulta que del vídeo solo había visto parodias y pensaba que duraba poco más de 10 segundos... ¡pero no! Se pasa varios minutos la tía ahí haciendo como que grita o imitando un orgasmo de jirafa...

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