Cuéntame algo... interesante (lo que no se puede discutir II)


La gente mola.

Vale que el día a día es lo que vivimos y lo que nos rodea.
Vale que la vida está para vivirla, hay que aprovechar el momento, a vivir que son dos días, solo se es joven una vez, son 11 contra 11, y otras frases más repetidas que sílabas aleatorias de canciones de Lady Gaga (Ju-das-Juu-daas x 1000).
Y vale que tampoco es plan de estar todo el día filosofando, amargado por no conocer la respuesta a preguntas existenciales irresolubles a priori.

Pero en serio que no pasa nada por, una vez al año aunque sea, hablar de algo que no sea intrascendente.
Esto es: podemos estar hablando mil veces de "qué tal va todo", "qué has hecho últimamente" o "¿has visto lo que ha pasado en nosedónde?".
Podemos meternos con la gente (que si mi hermana ha hecho nosequé, tu jefe es un apestoso hijo de una hiena que se merece morir irrisoriamente o la Vane se ha vuelvo más choni que lAshh Kkeee SqrIbEEnhh AsSsSyYyYhh) y eso es muy bonito. Muy útil y relajante incluso.
Y por supuesto, podemos estar hablando de tópicos topicazos (fútbol, tetas y coches, si somos hombres; ropa/zapatos/bolsos, marujeo, buenorros, en caso de mujeres).

Pero a mí hay algunas cosas que me perturban un poco.

Hablar por hablar

Vale, creo que era también un programa de radio... Pero lo de hablar por hablar es algo que me turba.
Los jóvenes que se salten este párrafo, que voy a contar batallitas:
Cuando los no-tan-jóvenes vivimos en aquella época en la que no se utilizaba internet para comunicarse, como mucho algún correo lejano) y padecimos aquella cosa llamada TELÉFONO FIJO (que por algo se llamaba fijo, que ahora se le llama así a estos cacharritos preciosos pequeñitos inalámbricos cuando de fijo tienen menos que el interés de mi hipoteca). Pues bien, un teléfono fijo tenía la malsana costumbre de estar anclado a la pared. Y como aquí somos menos evolucionados que los americanos (ejem), pues no teníamos esos cables kilométricos que te permitían coger todo el teléfono y desplazarte por toda la casa creando una maraña de trampas mortales.
Conclusión: toda la comunicación se realizaba por teléfono, no podías comunicarte más que con una persona a la vez (bueno, vale, también estaba la llamada a 3 (uuuhhh, inventazo) ) y el teléfono era una cosa que no te permitía hacer nada más a la vez que hablabas, salvo quizá mirarte las uñas o estudiar el gotelé de la pared.
Vamos, que era lo menos multitarea del mundo (y si no comparar con el messenger: varias conversaciones simultáneas, todas simultaneables con tareas varias en el ordenador, etc.).
Con lo cual, las tardes se podían perder tranquilamente al teléfono.

Y de aquí supongo yo que me vendrá esa animadversión (nunca he sabido cuándo utilizar esta palabra en vez de aversión, así que la planto y ya está) a lo de "hablar por hablar", porque en esa época oscura, hablar por teléfono significaba (a grandes rasgos) perder el tiempo, o al menos imposibilitaba la realización de tareas, alguna de las cuales podría llegar a ser útil.

Pero esto me sigue molestando un poco en situaciones en las que, por ejemplo, hablas con tu madre (por teléfono o en directo, ambas son aplicables...). Pongamos por ejemplo cuando vuelves o volvías de estar por ahí a las 3 de la mañana:

Despertándose...: - Hola, hijo...
- Hola madre, ¿para qué te despiertas?
- Nada, para ver qué tal
- Ah, pues bien
- ¿Qué has hecho?
- Pues salir por ahí
- ¿Con quién?
- Con Píter, Farru, Tetis y Gandulfo.
- Aaahh... ¿y qué habéis hecho?
- Pues ponernos de porros hasta el mismíiiiiisimo culo
- ¿¡Qué!?
- Digo, que jugar a los bolos en un bellíiiiisimo zulo
- Ah, es que te había entendido...
- No, no, es que estás dormida
- Pues sí, hijo, es que me he acostado tarde
- Bueno, pues nada, yo también me voy a acostar
- Vale hijo.
- Ale, hasta mañana
- Bueno hijo, hasta mañ... oye, ¿y qué tal le va a Tetis?
(tú ya estabas en la puerta... retrocedes...)
- ...bien
- ¿Tiene novia ya?
- No
- Aaahh... a ver si va a ser un poco... ¿cómo decis los jóvenes ahora? ¿bujarra o algo así?
- Hombre, sí, madre, pero es un poco despectivo. Además que no, es hetero.
- Aaahh... ¿y Gandulfo? ¿qué tal le va? ¿qué estudiaba?
- Pues Estudios Avanzados de Corrupción (es que va para político)
- Aaahh... ¿y le gusta?
- Sí... oye, madre, son las 3 y media de la mañana, ¿por qué me estás dando coba cual sobremesa familiar?
- Nada, hijo, si es por "hablar un rato"

Ajá, por hablar un rato. A unas horas que con el único con el que te apetece hablar es con la hormiguita azul gigante de tu sueño erótico. Pues no.


La incomodidad del silencio

Porque, siguiendo con lo anterior, yo solo justifico lo de hablar por hablar cuando los silencios que se originarían si no se estuviera hablando fueran incómodos.
Es más, aquí se establece una estupenda diferenciación entre la gente y el grado de familiaridad/cordialidad según la intensidad de la violencia de los silencios:
1) Si cada minisilencio es violento y cualquiera de las partes se apresura a decir algo, o es un pseudodesconocido o alguien a quien no veías hace tiempo y que no te puedes creer que no se te ocurra qué contarle con la de tiempo que ha pasado.
2) Si los silencios en la conversación se producen sin mucho drama, pero generalmente se aprovecha para cambiar de tema, quizá un poco forzadamente, estamos ante casos de amistad varia, o familiaridad normal.
3) Si los silencios naturales que surgen no son síntoma de nada, ni hace que nadie se ponga violento, claramente hablamos de amistad máxima, relación sentimental (se aprovecha para echarse miraditas, cogerse las manos o hacer carantoñas y ya está) o familiaridad directa.


Cuéntame algo interesante

Y luego están los Marahás de las conversaciones. Igual que los romanos que se tumbaban en divanes y hacían que les llevaran las uvas más selectas, ésta gente ansía de nuestras uvas metafóricas (en este caso anécdotas interesantes) para satisfacer su aburrimiento.
Pueden aprovechar un silencio de los mencionados o, si quieren hacerlo aún más incómodo, interrumpir la conversación anterior y soltar un:
- Oye, Señor X, cuéntame algo interesante.
Que tú piensas:
1) ¿Y lo que estaba contando hasta ahora qué era? ¿Mierda embolsada? ¿Te aburría?
2) ¿Qué es eso de "cuéntame"...?. Que no soy un trovador que te tenga que entretener con sus melodías y odas... aquí o hablamos todos o la prostituta metafórica (la conversación) al río.



Bien. Pues a pesar de todo lo que he dicho, ahora lo suyo sería contar algo interesante... y mira, pues no. Lo que voy a hacer va a ser contar lo del otro día (bueno, hace un tiempo ya): la solución al enigmático enigma del agua en vino vs vino en agua.

La solución:

Pues a ver, primero voy a seguir el razonamiento que seguimos todos de primeras (a.k.a. 'Intuición'):
· Con el vaso primero cojo vino. Vino vino 100%, y lo echo en el agua.
· Después, cojo la misma cantidad de la mezcla sutilmente rosada que es el agua + un poco de vino.
· Por tanto, resulta que estoy cogiendo agua que echaré al vino PERO también vino mezclado en el agua, con lo cual estoy devolviendo al vino parte de lo que le había quitado antes. (O lo que es lo mismo, en vez de coger un vaso entero de agua para echársela al tonel de vino, he cogido MENOS agua).
· Y por tanto, habrá más vino en el tonel de agua que agua en el tonel de vino.

¿No?

Pues no.

Y por supuesto sin entrar en fórmulas (a.k.a. 'Cuenta de la vieja (a.k.a. 'Matemáticas de andar por casa')), que se puede hacer en un momentico, pero como que pasando a estas horas, vamos a ver la solución elegante y que, como decía el post anterior, es una de esas cosas que no se pueden discutir.

El resultado final es que tenemos 2 toneles con la misma cantidad de líquido (en uno "vino + un poco de agua" y en otro "agua + un poco de vino").
Y la (obvia cuando la sabes) solución es que todo el vino que está en el tonel de agua es el que NO está en el tonel de vino (equivalentemente, todo el agua que está en el tonel de vino es la que no está en el tonel de agua), y como las cantidades de líquido son las mismas, pues habrá LA MISMA CANTIDAD DE AGUA EN EL VINO QUE DE VINO EN EL AGUA.

Y la frase resumen es: todo lo que no está en un tonel está en el otro y viceberzas (lo último es opcional).
Y por mucho que atente contra el sentido común, esto es así (a.k.a. 'Lógica').


Como muy bien dice Guybrush en su comentario (de donde han salido los a.k.a.s, por cierto) esto también se puede hacer en los casos extremos:
· Si el vaso es tan pequeño que no cabe nada, al final tienes lo mismo con lo que empezaste (todo vino vs todo agua), con lo cual en las 2 hay lo mismo de la otra: cero patatero.
· Si el vaso es igual de grande que todo el líquido que hay, resulta que pasas (por ejemplo) TODO el vino al tonel de agua, remueves y te queda una mezcla homogénea, y luego pasas otro vasazo al tonel de vino. Como la mezcla era homogénea y tenía 50% de cada uno, pues habrá lo mismo en las 2: 50% del otro.

Y para cualquier caso intermedio, pues algo intermedio.

¡Espero que no os hayáis estrujado demasiado el coco!
(me parece estar oyendo el eco de los ja-ja irónicos en el vacío de mi credulidad...).

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